Hasta hace poco, los efectos secundarios del paquete Z no eran motivo de preocupación. Los médicos estaban convencidos de que el antibiótico, también conocido por su nombre comercial azitromicina, no podía causar más daño que solo náuseas o diarrea. En 2012, sin embargo, esta creencia fue cuestionada como consecuencia de una extensa investigación sobre la medicación. La investigación fue tan convincente que, desde entonces, el FDA lanzó una alerta de seguridad entre los proveedores de salud y obligó a modificar la etiqueta del medicamento.
Los graves efectos secundarios del paquete Z se describen en un estudio publicado en el New England Journal of Medicine en 2012. El estudio tomó las historias de más de 350.000 pacientes que tomaron azitromicina y los comparó con millones de pacientes que tomaron otros antibióticos, o ninguno. Lo que los investigadores encontraron fue que las personas que tomaron azitromicina eran mucho más propensas a desarrollar problemas cardíacos graves, incluso mortales. Según las proyecciones del investigador, por cada 1 millón de pacientes a quienes se les prescribió azitromicina en lugar de otro antibiótico, alrededor del 50 morirían de eventos cardiacos fatales. Esto es debido a que el fármaco puede empeorar condiciones cardíacas como el largo síndrome de QT, que ya es una arritmia peligrosa del corazón.
Como respuesta a las conclusiones del estudio, el FDA pide que se realicen más investigaciones y que se les informe a los médicos de la situación. Antes de que se le prescriba el medicamento a un paciente, se lo debe alertar sobre la posibilidad de que experimente complicaciones graves del corazón, y se le debe realizar una historia médica completa si el paciente tiene razones para creer que está en riesgo. Pfizer, el fabricante del medicamento, también enfrentará, probablemente, presión legal significativa como consecuencia de su negligencia, por lo que puede que tenga que pagar a las víctimas millones por acuerdos.