Enviar mensajes de texto y manejar es una combinación mortal, pero en Texas todavía no es una práctica ilegal. En promedio, al enviar un mensaje a alguien en un teléfono, un conductor quita los ojos de la carretera durante aproximadamente cinco segundos. Durante este tiempo, el automovilista está, en verdad, ciego y no podrá reaccionar a las situaciones cambiantes del tráfico. Según un estudio de la Universidad de Utah, los adolescentes que envían mensaje en sus teléfonos tienen tiempos de reacción equivalentes a automovilistas de 70 años de edad. El uso del teléfono está vinculado a alrededor de 1,5 millones de accidentes de vehículos por año y medio millón de lesiones.
Aunque sólo los conductores novatos tienen prohibido enviar mensajes de texto y conducir en Texas, los conductores que lo hacen casi siempre son considerados como responsables cuando son parte de un accidente. Es poco probable que un automovilista admita que estuvo enviando mensajes en su teléfono, pero los resultados generalmente son reveladores. Los conductores adolescentes pasan alrededor del 10 por ciento de su tiempo deslizándose hacia otros carriles mientras envían mensajes en el camino e, incluso si puede no ser directamente obvio, un abogado puede tomar los registros del teléfono o de la compañía telefónica para verificar su uso justo antes de un choque.
Los accidentes de vehículos cambian las vidas de las personas, incluso si las lesiones no son permanentes. Pero a menudo lo son, lo que resulta en dolor crónico, pérdida de movilidad y uso de las extremidades, y debilitamiento permanente del cerebro. Recuperarse de estas lesiones, suele ser costoso y doloroso, y si el automovilista responsable solamente hubiera dejado el teléfono, la víctima seguiría en perfecto estado. Pero la víctima no debería tener que asumir la carga financiera, por lo que se le recomienda a todo quien resulte herido en un accidente que busque la ayuda de un abogado familiarizado con este tipo de casos.