Levantar un caso de daños personales es, a menudo, la única opción que una víctima tiene cuando se ha visto perjudicada por la negligencia de otro. Un accidente de auto, un producto defectuoso, un lugar de trabajo con mantenimiento deficiente – todas estas situaciones pueden dejar a las víctimas en condiciones terribles, y sin poder trabajar, o incluso sin poder hacerse cargo de sí mismos. Las demandas están pensadas para devolver a la víctima una compensación para que puedan superar las dificultades financieras derivadas del accidente en el corto y largo plazos. Esta compensación puede ser esencial para proteger los gastos médicos de la víctima que podrá tener con el paso del tiempo, y garantizarles la atención que necesitan.
Un caso de lesiones personales puede implicar algo tan simple como una conmoción cerebral como resultado de un accidente de coche, o algo tan grave como daño cerebral o parálisis como consecuencia de una explosión. Sin embargo, en cualquiera de los casos, la tramitación de la demanda será igual.
A instancias de la víctima y tomando en consideración sus pruebas, el abogado notificará al demandado los daños de la víctima y el inminente proceso de demanda. Una carta de demanda formalizará el proceso, y esta carta es un documento legal estándar que describe el valor de los daños de la víctima y la naturaleza de sus lesiones. En este punto, el acusado puede llegar a un acuerdo o puede ir a la corte. Si lo hace, se revelará y se discutirá la evidencia, y la víctima será interrogada por la defensa.
Con el tiempo, la demanda o bien entrará en la fase de acuerdo o se procederá al arbitraje o a un juicio con jurado. En todas las situaciones, contar con un abogado le será algo muy valioso.