En la mayoría de los casos, un accidente de moto acuática ocurre porque la persona que la opera tomó una decisión de riesgo, o no fue entrenada adecuadamente para manejar la moto acuática (PWC). En un principio, las PWC son difíciles de manejar porque la gente no puede controlarla al acelerar y no puede dar marcha atrás fácilmente. De esta manera, muchos operadores de PWC se encuentran en situaciones peligrosas en las que embisten otro buque, se suben a la costa o golpean en el agua con un objeto. Sin embargo, puede haber otros factores en juego que reduzcan su responsabilidad, o la misma se puede dividir entre varias partes. Esta será información importante a tener en cuenta si usted se lesiona al conducir una moto acuática.
Un accidente de moto acuática puede dar lugar a algunas de las mismas lesiones que ocurren en los choques de automóvil. Sufrir un trauma físico severo, incluyendo lesiones traumáticas en el cerebro o la columna vertebral es, con todo el terror que provoca, algo muy común. Y si la víctima no está usando un chaleco salvavidas en el momento del naufragio, puede llegar a ahogarse.
En el 90 por ciento de los accidentes de PWC, el operador es responsable de los daños y lesiones. Sin embargo, si la PWC naufragó debido a la estela provocada por otra embarcación, el operador del buque puede compartir la responsabilidad. Esto es especialmente cierto si el otro buque viajaba a velocidades excesivas o levantan olas en un área confinada.
Independientemente de la causa, un conductor lesionado en un PWC tiene derecho a pedir una indemnización si llega a lastimarse. Como las lesiones por accidentes en un PWC pueden causar complicaciones imprevistas en el largo plazo, es importante que la víctima conozca sus opciones legales.