Tomó más de una década para que los investigadores descubrieran el vínculo entre los defectos congénitos y los medicamentos ISRS (inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina), pero ahora está claro que estos fármacos son peligrosos para las mujeres embarazadas. De hecho, uno de los antidepresivos más populares jamás creados, Paxil, ha sido colocado en la categoría D del embarazo por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), lo que confirma los peores temores con respecto a la medicación. Las mujeres embarazadas tienen que elegir entre poner en riesgo a su hijo por nacer y aplazar el tratamiento hasta después del nacimiento del niño.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina alteran muchos procesos en el cuerpo manipulando la concentración de la serotonina, un importante neurotransmisor. Muchos de estos efectos son impredecibles y difíciles de rastrear, pero ahora está claro que hay un vínculo entre los defectos de nacimiento y el uso de ISRS. Múltiples investigaciones lo han demostrado, incluido un estudio danés en 2005 que descubrió una incidencia mucho mayor de problemas cardíacos en los niños que fueron expuestos a estos fármacos durante el primer trimestre del embarazo. Un estudio publicado en el New England Journal of Medicine también demostró un mayor riesgo de complicaciones en el parto, pero en el último trimestre.
El vínculo entre los defectos de nacimiento y el uso de ISRS es extremadamente grave, y muchos casos provocan la muerte temprana del niño. Incluso aun cuando la vida de los niños no esté en peligro, requerirán de un importante apoyo médico para tener una vida normal y saludable. En algunos casos, la pérdida de calidad de vida será inevitable, aun cuando se reciba tratamiento médico. Algunas de las complicaciones más comunes incluyen los principales problemas cardíacos y pulmonares, malformaciones del tubo neural, y el paladar hendido o labio.
Se encontró que son más frecuentes los problemas del corazón en los niños expuestos a estos medicamentos, e incluyen la tetralogía de Fallot, el subdesarrollo de las cavidades del corazón y la persistente hipertensión pulmonar en el recién nacido. Las complicaciones del tubo neural incluyen onfalocele, craneosinostosis y la anencefalia. La craneosinostosis y la anencefalia a menudo resultan en daño cerebral o en los órganos, y la anencefalia es normalmente es causa de muerte poco después del nacimiento. El onfalocele es tratable, pero requiere de una cirugía mayor para poder corregirse. El tratamiento de todas estas condiciones es costoso y, a menudo revelan un mal pronóstico a largo plazo para el niño.