A pesar de que el accidente puede durar sólo por un breve momento, una lesión eléctrica puede cambiar la vida de una persona para siempre. El cuerpo humano es un conductor muy peligroso, por lo que los efectos de un shock pueden no hacerse evidentes hasta semanas después de producido el accidente. Sin embargo, normalmente hay un número de efectos inmediatos, tales como quemaduras graves y daños a los nervios. En algunos casos, un choque puede afectar el corazón o los pulmones de la víctima, y alterar significativamente su capacidad cognitiva. Por tal razón, es importante que en todo momento esta energía primaria se mantenga bajo control.
Cuando ocurre una lesión eléctrica, por lo general es porque alguien cometió un error costoso. El cableado defectuoso, el mantenimiento deficiente de los equipos, cables eléctricos caídos y la inadecuada señalización de advertencia son algunas de las causas más comunes de un accidente. Si el accidente fue causado por un producto defectuoso, es probable que el fabricante o el diseñador sea el responsable de los daños. Si el accidente se produjo en un lugar de trabajo, a continuación, el contratista responsable de crear esa situación peligrosa será considerado culpable. Por ejemplo, las obras de construcción pueden emplear decenas de contratistas a la vez para realizar una serie de trabajos. Si se le encarga a un contratista realizar el cableado o montar una caja de control, entonces va a tener que hacerlo de acuerdo con las normas de OSHA. Por desgracia, muchos deciden no hacerlo y, como resultado, ponen así a otros en riesgo.
Si una descarga eléctrica ha lesionado a una persona, un testigo experto puede tener que testificar en su nombre. Un experto puede ayudar a investigar el accidente y determinar su causa. Este testimonio será muy valioso a la hora de acordar o argumentar en la corte, y un abogado puede ayudar a encontrar el mejor testimonio para una víctima.