Los marinos saben que siempre puede suceder un accidente en el mar, y, sin embargo, todos los días estos trabajadores se confrontan con los riesgos. La tripulación del buque también sabe que se encuentra en una situación particularmente vulnerable a la hora de obtener alguna indemnización por las lesiones recibidas, porque no pueden obtener la compensación que otros trabajadores reciben cuando se lesionan en el trabajo. En cambio, los trabajadores de los buques tienen que ejercer sus derechos legales a través de la Ley Jones, que está destinada a proteger a la industria naviera del país. Y proteger a la industria del transporte marítimo significa cuidar a las personas que se aseguran de que los barcos naveguen.
Afortunadamente, la Ley Jones ofrece una potente alternativa a los programas estatales de indemnización. En lugar de recibir una compensación básica, generalmente insignificante, por una lesión recibida, un trabajador de un buque que califica puede demandar a un empleador por negligencia. Esto no implica que la compensación ya esté garantizada, y el proceso para obtener la compensación puede tomar bastante tiempo. Sin embargo, presentando una demanda, un trabajador herido tiene la posibilidad de conseguir un acuerdo mucho más cuantioso, lo que lo ayudará a compensar cualquier tratamiento a largo plazo que necesite recibir, o cambiar de ocupación si es necesario.
Sin embargo, la víctima tendrá que demostrar que es un marino que califica. Después de un accidente, es probable que el empleador de la víctima intente demostrar lo contrario, pero, siempre y cuando la víctima pueda demostrar que pasó por lo menos el 30 por ciento de su tiempo de trabajo arriba de un buque, probablemente se considerará que califica ante la ley.
Un abogado puede ayudar a una víctima a probarlo, así como usar la Ley Jones para demostrar la responsabilidad del empleador. Esto le garantizará a la víctima la oportunidad real de entrar en las negociaciones de los acuerdos con una ventaja decisiva.
