Los accidentes de motos acuáticas no aparecen en las noticias a menudo, pero pueden causar algunos de los más serios accidentes mortales. Las embarcaciones personales (PWC) no ofrecen prácticamente ninguna protección en caso de un choque, y su agilidad extrema puede crear situaciones de alto riesgo. A velocidades más altas de lo que parecen, incluso el agua se convierte en un objeto mortal que puede resultar en lesiones graves y permanentes. Desafortunadamente, las empresas de renta y los propietarios de PWC a menudo ni siquiera cumplen con las pautas más básicas de seguridad.
Las embarcaciones personales son pequeñas, ágiles y fáciles de usar, lo que las convierte en una combinación peligrosa en las manos equivocadas. Los operadores a menudo es ponen detrás del acelerador con poca experiencia en la navegación, por lo que a menudo no están equipados para evaluar los movimientos de otros buques. Por su tamaño son difíciles de ver y son casi invisibles si se vuelcan. Por su rapidez, otros buques y la gente suelen tener poco tiempo para reaccionar si el operador de la PWC no está conduciendo de manera segura. Por estas razones, la mayoría de los accidentes de motos acuáticas son, al menos en parte, culpa del operador. Sin embargo, la mala visibilidad, las aguas peligrosas o el clima, las fallas mecánicas, la falta de equipos de seguridad, instrucciones operativas inadecuadas y otros operadores de buques negligentes también pueden causar accidentes.
La mayoría de los accidentes de motos acuáticas resultarán en lesiones, incluyendo daño grave en el cerebro, el cuello o la columna vertebral. Si una PWC va lo demasiado rápido, el ser arrojado al agua se puede recibir un golpe o una sacudida muy fuertes. Esto puede aturdir a la víctima quien no podrá nadar o mantenerse a flote. Las quemaduras y electrocución son también cuestiones a considerar, ya que la electrónica de PWC puede estar expuesta tras un accidente particularmente violento. Es importante que los pilotos tomen todas las precauciones para evitar una colisión.
